Autora: Evangeline Dark.
Serie: Naruto.
Géneros: Humor, Romance, Acción/Aventura.
Fiction rated: K+/T.
Parejas: Naruto x Hinata, Sasuke x Sakura, Neji x Tenten, Sai x Ino, Shikamaru x Temari, Gaara x Matsuri.
Notas de la autora:
Otro de mis fics. En los otros lugares donde lo he puesto ha gustado bastante, a ver si aquí pasa lo mismo n.n.
Capítulo I: De hoy no pasa… ¿o sí?
La kunoichi de cabellos azulados caminaba por Konoha, con una expresión determinada en el rostro, cosa que no cuadraba con su habitual ser pacífico, tranquilo y tímido.
Pero había decidido hacerlo de una vez por todas.
“De hoy no pasa”, se dijo a sí misma para darse coraje, “De hoy no pasa. ¡Tengo que decírselo ya!”.
Sí; por primera vez en sus quince años de vida, Hinata Hyuuga había tomado una decisión realmente irrevocable: había decidido que, pasara lo que pasara, iba a confesarle sus sentimientos a Naruto Uzumaki.
“De hoy no pasa”, se repetía una y otra vez, mirándose el puño apretado para infundirse ánimos a sí misma.
Lamentablemente, su estado de concentración no era el más apropiado para ir andando por la calle. Tropezó, y habría caído de morros al suelo si no hubiese sido por dos fuertes brazos que la sujetaron impidiendo que se golpeara contra el piso.
— ¿Estás bien, Hinata? –preguntó una voz masculina MUY conocida para ella.
Con las mejillas sonrojándose a una velocidad alarmante, la chica de ojos blancos alzó la vista para encontrarse con los orbes azulados del chico Uzumaki…además de darse cuenta de la cercanía de sus rostros.
Ops. Quizás no estaba preparada.
Se le pusieron los ojos en blanco y se desmayó.
Y en cuanto el Uzumaki se dio cuenta de ello…cundió el pánico.
—¡¡Hinata!! ¡¡Eh, Hinata, despierta!! ¡¡Que ya sé que soy feo, pero no es para tanto!! –exclamó escandalosamente (como era su costumbre) y zarandeando a la pobre Hyuuga, quien no parecía ir a despertar ni a la de tres.
“Maldición…pobre Hinata… ¿qué hago…? Mejor la llevo con Sakura-chan”, decidió.
Así que tomó a la joven de cabellos azulados en brazos y echó a correr hacia la zona de entrenamiento número siete.
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—¡¡¡Aaaaaagh, maldito Narutoooooo!!! –gritó una joven de cabello rosa y ojos verdes, que tenía toda la pinta de estar bien cabreada-. ¡¡Como si no tuviéramos bastante con que Kakashi-sensei llegue tarde, tenemos que esperarlo también a él!!
—No sé de qué te extrañas –le dijo su moreno compañero.
—¡¡No es que me extrañe!! ¡¡Sólo digo que si al menos ese renacuajo naranja estuviese aquí podríamos entrenar un poco!! –exclamó ella.
El chico suspiró, dándola por imposible, y se recostó contra uno de los troncos, viendo perezosamente cómo su pelirosada compañera maldecía en contra de Naruto. Cerró los ojos, con una pequeña sonrisa en los labios. Realmente, le sentaba bien estar en Konoha de nuevo…
—Eh, Sasuke-kun… -le habló la chica.
— ¿Hn?
—Crees… ¿crees que Naruto…?
Pero no le dio tiempo a terminar la frase. Un terremoto vestido de naranja se acercó a ellos corriendo a toda velocidad, gritando el nombre de la pelirosa.
—¡¡¡Sakura-chaaaaaan!!! ¡¡Ayudaaaaaa!!
— ¿¡¡¡Qué!!!? ¿¡¡Quieres que te ayude y encima llegas tard…!!? –se fijó en la chica de cabellos azulados que cargaba su compañero-. ¿Qué le pasa a Hinata?
—¡¡A eso venía!! ¡¡La he ayudado para que no se cayera al suelo, y se ha desmayado!! ¿No puedes hacer algo?
—Claro que sí –asintió la Haruno.
La chica de pelo rosa puso su mano en el cuello de la chica, sin llegar a tocarlo, y le transmitió un chakra de color verdoso. La Hyuuga abrió los ojos, parpadeando levemente. Naruto apartó a Sakura de un empujón.
—Hinata, ¿te sientes bien? –preguntó, acercando su cara a la de ella para comprobar que desaparecía aquella extraña palidez que se había apoderado del rostro de la heredera a causa del desmayo.
Vaya, tenía un mal día. Un día sensible.
Se desmayó otra vez, con las mejillas rojas y una sonrisa en los labios a causa de la emoción.
—¡¡¡Naruto, so idiota!!! ¿¡¡Quién no se va a desmayar viendo tu careto nada más despertarse!!? –gritó Sakura, golpeando al rubio en la cabeza.
—¡¡¡¡Aaaaaay, Sakura-chan, que eso duele!!!! –lloriqueó el Jinchuuriki, pero eso no detuvo a su amiga.
——Vamos, Sakura, que le vas a matar a su única neurona –aquella frase irónica por parte del Uchiha bastó para calmar a la joven.
—De acuerdo –sonrió la pelirosada, sonrisa que fue correspondida por el moreno.
El rubio sonrió a su vez, pero con su típica sonrisa zorruna; había notado la complicidad que surgió entre sus dos compañeros, tan rematadamente obvia y usual en aquellos últimos días.
Y estaba dispuesta a romperla. Sólo por molestar. Para…vengarse por la alusión a su (escasa) capacidad mental.
—Yaaaa, peeeero…Sakura-chan, qué mala es tu técnica de med-nin, ¿nooo? Ni siquiera puedes hacer que despierte Hinata… –dijo con malicia.
La consecuencia fue evidente: Sakura estaba que echaba humo.
— ¿¡¡Cómo te atreves, renacuajo insolente!!?
Pero su “presa” estaba ya muy lejos de su alcance: había salido pitando.
—¡¡Me voy a buscar a Neji!! ¡¡Como es su primo, sabrá algo, digo yo!!
—Tan hiperactivo como siempre, veo –observó el Uchiha.
—Sí –Sakura sonrió con amplitud-. Nunca va a cambiar.
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—¡¡Aaaaaagh, esto empieza a ser como lo que les pasa a los del equipo siete!! –protestó la chica de cabello castaño recogido en moñitos, poniéndose en pie por enésima vez y dando un pequeño paseo por el área de entrenamiento-. ¿¡¡Dónde narices se han metido Lee y Gai-sensei!!?
—A lo mejor están dando una conferencia sobre lo maravilloso que es ser joven –ironizó el chico de ojos blancos que estaba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, dándole un cierto aspecto místico.
La kunoichi se volvió hacia él, con los brazos en jarras.
—¡¡¡No tiene la maldita gracia, Neji!!! ¡¡Si lo hubiera sabido, ahora mismo estaría sobando tranquila en mi camita!!
—Bueno… –el Hyuuga se encogió de hombros-. Intenta sacarle partido a esta situación, y deja de quejarte.
¿Sacarle partido…? ¿Qué partido podía sacarle a aquella situación…?
Obvio.
La verdad…Neji estaba muy guapo con aquella especie de kimono que vestía últimamente…
—Oye, Neji… –murmuró.
El chico volvió sus estremecedores ojos blancos hacia ella.
— ¿Qué pasa? –preguntó con suavidad.
—Esto…yo… –tragó saliva-. Quiero que…
Por segunda vez en lo que iba de día, un terremoto naranja irrumpió en un lugar en el que no debería estar…
—¡¡Nejiiiii!!
El genio Hyuuga se volvió fastidiado hacia el Uzumaki, quien ya había llegado a su lado y trataba de recuperar el aliento.
— ¿Qué pasa? –preguntó, dejando bien claro con su tono de voz que el rubio no era muy bien recibido allí.
—Es que…Hinata… –balbució el portador de Kyuubi.
— ¿Qué le pasa a Hinata? –preguntó Neji, acercándose con rapidez al chico, al ver a su prima en ese estado.
—Pues no sé…se desmayó cuando la ayudé… –dijo Naruto, confuso.
—Ah –por alguna razón que sólo él sabía, el genio sonrió-. A veces le pasa; no es nada, se le curará pronto…
—¡¡No puedo dejar a Hinata así!! –se indignó el chico de ojos azules.
—Como quieras –respondió el primo, encogiéndose de hombros-. Pero que sepas que no es nada importante, así que no te montes la película, que te conozco…
—¡¡De acuerdo!! –exclamó el joven shinobi, saltando de nuevo por las copas de los árboles, esta vez con la intención de abandonar las áreas de entrenamiento y entrar en la villa.
Neji se volvió hacia su compañera, que tenía los puños apretados y gesto de ir a matar a alguien. El Hyuuga lo sabía…porque más de una vez la chica, que parecía tan débil, había estado a punto de estrangular a su sensei. Y ponía esa misma cara de odio que le daba miedo hasta a él.
— ¿Qué pasa, Tenten? ¿Qué querías decirme? –preguntó para cambiar de tema.
—Neji…quiero que me ayudes a matar a Naruto…
El joven le sonrió.
—Es comprensible.
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“Joer… ¿y ahora que hago? ¿La llevo al hospital? ¿O a casa para que descanse? Neji dijo que no era nada… Uffff…qué complicado es esto…”, pensaba el chico rubio.
Pero la respuesta le llegó sola; se encontró de repente enfrente de la enorme mansión de los Hyuuga. Y no es que tuviera muchas ganas de correr, que digamos…
“Oh, vale, la dejaré que descanse…”.
Le llevó poco tiempo encontrar la habitación de la heredera Hyuuga: era una especialmente grande, con las paredes y el suelo blancos, reluciente. Además, en el escritorio que estaba frente a la ventana había una foto del equipo ocho junto con Kurenai.
Con habilidad, el shinobi vestido de naranja abrió la ventana y dejó a la inconsciente Hyuuga en la cama.
Pero aquel día la suerte no estaba de su parte.
La blanca puerta de dormitorio se abrió, dejando paso al cabeza de familia Hyuuga. Naruto se quedó de piedra. Como para no estarlo; no sabía muchas cosas de Hiashi…aparte de que era como una versión de Neji en mayor…
…con el mismo mal carácter.
—¡¡¡Túuuuuuu!!! ¡¡Maldito renacuajo!! ¿¡¡Qué demonios le haces a MI HIJA MAYOR!!? –exclamó el hombre…o más bien gritó, pues se le pudo escuchar en toda Konoha.
“Este es el peor día de mi vida dattebayô… ¿¡¡¡y porqué todos se empeñan en llamarme renacuajo!!!?”, pensó el Uzumaki mientras esperaba a que empezara la sesión de gritos.
En el segundo de calma antes de la tempestad, miró a Hinata. Esta sonreía levemente, estando dormida.
“Bueno…a lo mejor no todo es tan malo…”, pensó, sonriendo él también mientras guardaba la compostura frente a los gritos del Hyuuga padre.
N/A: ¡Me encanta el Hiashi “padre celoso” XDDD! Es como...cómico XD.
¿Qué os pareció? ¿Bueno? ¿Malo? ¡Dejadme un coment y nos leemos en el siguiente :D !